Si te digo, te tengo que matar. El mundo secreto y clandestino del black world
Lliteras Sentíes, Eduardo
Si te digo, te tengo que matar. El mundo secreto y clandestino del black world
Si te lo digo, te tengo que matar Debajo de las estructuras formales de defensa e inteligencia con que cuenta Estados Unidos, existe un mundo secreto, oscuro y clandestino, al que tienen acceso unos cuantos cientos de individuos. Se trata del black world, es decir, los programas, personas y lugares involucrados en los más secretos proyectos militares de ese país. El periodista y artista visual Trevor Panglen ha dedicado años a develar la existencia de este inframundo. Lo mismo ha fotografiado instalaciones militares desconocidas, revelado nombres en código cifrado, que identificado a los agentes de la CIA encargados de operar empresas fantasma, o armado una colección de emblemas militares cuya máxima expresión de secrecía es el título de este texto: Si te lo digo, te tengo que matar. En una democracia los ciudadanos deben tener el poder y los gobiernos tienen los medios para que los ciudadanos ejerzan ese poder. Pero cuando tú tienes un Estado vigilado, el Estado tiene todo.
Si te digo, te tengo que matar. El mundo secreto y clandestino del black world
Si te lo digo, te tengo que matar Debajo de las estructuras formales de defensa e inteligencia con que cuenta Estados Unidos, existe un mundo secreto, oscuro y clandestino, al que tienen acceso unos cuantos cientos de individuos. Se trata del black world, es decir, los programas, personas y lugares involucrados en los más secretos proyectos militares de ese país. El periodista y artista visual Trevor Panglen ha dedicado años a develar la existencia de este inframundo. Lo mismo ha fotografiado instalaciones militares desconocidas, revelado nombres en código cifrado, que identificado a los agentes de la CIA encargados de operar empresas fantasma, o armado una colección de emblemas militares cuya máxima expresión de secrecía es el título de este texto: Si te lo digo, te tengo que matar. En una democracia los ciudadanos deben tener el poder y los gobiernos tienen los medios para que los ciudadanos ejerzan ese poder. Pero cuando tú tienes un Estado vigilado, el Estado tiene todo.