000 | 01781 a2200133 4500 | ||
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035 | _a317131 | ||
005 | 20221118052725.0 | ||
998 |
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008 | 180404e mx |||p r 0 b|spaod | ||
100 | 1 | _aChávez B., Violeta A. | |
245 | 1 | 3 | _aEl estado como testigo |
520 | _aEl Estado, como todo agente político, no actúa de manera inocua; al dar testimonio categoriza a los individuos en una jerarquía que los faculta para ejercitar ciertos derechos. La creciente profesionalización de los servicios del Estado, iniciada hace más de trescientos años en los primeros gobiernos absolutistas europeos, aún no ha terminado de rendir frutos. El Estado empezó a autonomizarse respecto a la sociedad desde que sus empleados comenzaron a usar uniformes y se plantearon las primeras teorías de la soberanía, como la de Bodin, pero la separación se consumó cuando nació la sociedad civil. Fue entonces que se generalizó la percepción de este como un enemigo. El liberalismo jurídico, político y económico demandó la autolimitaci6n del Estado en lo que respecta a sus facultades y modos de actuación. A partir de ello, algunos de los procesos mis relevantes que lo acompañan y caracterizan se pueden considerar como reduplicaciones o incluso emanaciones al estilo de Plotino. Por ejemplo, la disputada ampliación liberal de la carta de derechos agregó a la lista algo que, ya sea porque se daba por hecho o porque no había tenido sentido antes, no solía incluirse: el respeto a un protocolo formal que regulara la relaci6n entre el Estado y sus ciudadanos como un derecho, esto es, el derecho al debido proceso… | ||
773 | 1 |
_tLa Palabra y El Hombre. Revista de la Universidad Veracruzana _g42 (oct-dic. 2017), 34-37 |
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_c291197 _d291197 |