000 | 01874 a2200133 4500 | ||
---|---|---|---|
035 | _a315815 | ||
005 | 20221118051021.0 | ||
998 |
_aHEM4 _b20180228 _e315815 _zjanium |
||
008 | 180228e mx |||p r 0 b|spaod | ||
100 | 1 | _aMansilla, H. C. F. | |
245 | 1 | 3 | _aEl fundamentalismo islámico y el autoritarismo convencional |
520 | _aEl desarrollo del mundo islámico nos debería concernir por varias razones. Compartimos, aunque sea de modo diluido, un legado cultural y hasta racial muy importante, heredado mediante la colonización ibérica. Dos factores centrales de la cultura árabe-islámica no han sido ajenos a nuestra idiosincrasia: Uno, la inclinación al dogmatismo, es decir, a presuponer la existencia de una sola verdad en las esferas de la teología, la ideología y las convicciones sociales, y, dos, la tendencia a no separar la esfera religiosa de la mundana, o la privada de la pública, lo que es desfavorable a la moderna diferenciación de roles y actitudes. El área musulmana es hasta ahora pobre en experimentos exitosos de democracia pluralista y de economía de mercado. Pese a la Primavera Árabe, prevalece aún el sistema de partido único y el régimen caudillista habitual. El respeto a las propias minorías étnicas y lingüísticas, para no mencionar obviamente las religiosas, es muy exiguo, como lo atestiguan los casos de Irak, Irán, Sudán, Nigeria, Afganistán y Siria. Desde Senegal hasta Indonesia hay sólo dos países con estructura federal: Pakistán y Malasia. Subsisten Estados sin constitución escrita, como Arabia Saudita, sin parlamentos dignos de tal nombre, la mayoría de los casos, y sin prensa libre, Egipto y el Líbano constituyen las excepciones. Muy a menudo la validez de los estatutos legales se circunscribe a la mera teoría. | ||
773 | 1 |
_tEste País. Tendencias y opiniones _g322 (feb. 2018), 45-47 |
|
999 |
_c289909 _d289909 |