000 | 01640 a2200133 4500 | ||
---|---|---|---|
035 | _a307587 | ||
005 | 20221118031954.0 | ||
998 |
_aHEM4 _b20170227 _e307587 _zjanium |
||
008 | 170227e mx |||p r 0 b|spaod | ||
100 | 1 | _aLópez Noriega, Saúl | |
245 | 1 | 0 | _aDesastres constitucionales |
520 | _aSe cumplen Cien años de la Constitución mexicana. Sin embargo, no celebramos el mismo texto constitucional de antaño. La actual regla fundamental es bastante distinta al documento aprobado en Querétaro en 1917. Nuestra Constitución ha sido objeto de un sinfín de reformas, al grado de que casi todas sus disposiciones han sufrido algún ajuste a lo largo de estas décadas. Estos cambios, fruto en demasiadas ocasiones de una ingeniería institucional poco atinada o, peor aún, de meras ocurrencias y caprichos, han hecho de la Constitución un texto abigarrado, desarticulado y por demás extenso. Algunos académicos consideran que este galimatías sólo se puede resolver creando un nuevo texto constitucional. Otros sugieren que bastaría con limpiarlo y ordenarlo. Lo cierto es que no pocos llegamos a la fiesta del cumpleaños Cien de la Constitución convencidos de que se trata de un texto maltrecho, cuyo diseño no abona a su operatividad. Es un código que, con independencia de la pericia de sus operadores, es difícil de traducir a la realidad. ¿En qué consisten tales fallas? ¿Cuáles son sus peores disposiciones? ¿Por qué son tan desastrosas? ¿Cuál es el collage de nuestra ruina constitucional? Veamos algunos ejemplos de este imperfecto abanico. | ||
773 | 1 |
_tNexos _g40, 39, 470 (feb. 2017), 40-42 |
|
999 |
_c281852 _d281852 |