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100 1 _aVega-Gil Rueda, Armando,
_d1955-
245 1 0 _aResponso por un cineasta muerto
520 _aAhora se hace un homenaje a Sergio García, una reflexión que es oportuna para otear al otro lado de la pantalla y no dejarlo descansar en paz… Hubo una vez un cine asta llamado Sergio García. Un outsider. Un crítico implacable, un marginal autoexiliado. Le llamaban El Súper Ochero… Él decidió estar anclado en los bordes de un quehacer que no habría de responder, por necesidad manifiesta, a las exigencias y estándares de una industria que encallaba en una locura febril. El cine mexicano de la década de los setenta, una época que se recuerda por películas de ficheras y sexycomedias: extravagancia vulgar que retacaba las salas con producciones que eran el filón de quienes intentaban sobrevivir al derrumbe del Cine de Oro Mexicano, la piedra filosofal de un sector cerradísimo de directores que, desde un sindicato temible y excluyente, negaba a los jóvenes egresados del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, CUEC, y otras latitudes. Las salas estaban en manos del Estado y, en consecuencia, producir y exhibir era un círculo vicioso que dejaba tremendas ganancias repartidas entre unos cuantos, en un abrazo inexpugnable entre la política cultural y el poder de los sindicatos y los exhibidores…
773 1 _tEmeequis. Periodismo indeleble
_g2, 321 (feb. 2014), 9
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