000 01512 a2200145 4500
035 _a(janium)248682
005 20221116013300.0
998 _aHEM3
_b20110620
_zjanium
008 110620e2002 mx |||p r 0 b|spaod
100 1 _aRomero Miranda, Miguel Ángel
245 1 0 _aPRD :
_bla hegemonía de las corrientes
520 _aAl abrirse un nuevo periodo con la coyuntura electoral del 2 de julio de 2000, los partidos políticos nacionales, especialmente los tres más importantes, quedaron colocados en diferentes circunstancias y condiciones respecto a su pasado inmediato, y el PRD no fue la excepción. Una importante caída en sus niveles de votación que lo regresaba a un lejano tercer lugar, luego de haber sido el opositor electoral más importante del PRI en 1997, y el cambio de referentes políticos a raíz de la caída del sistema de Partido de Estado, fueron las señales más claras en el sentido de que el PRD necesitaba actuar rápido y responder adecuadamente a los grandes desafíos que esta coyuntura le imponía: refundarse políticamente, reorganizar su estructura dirigente, operativa, administrativa y electoral, y, por último, redefinir su programa político y su línea ideológica. El mayor obstáculo para lograr esos objetivos ha sido, como veremos, el mismo que ha retrasado durante más de una década la cabal institucionalización del PRD: sus élites dirigentes.
700 1 _aGutiérrez Rodríguez, José Javier
773 0 _tEl cotidiano
_g19, 114 (jul-ago. 2002), 55-71
999 _c239382
_d239382