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100 1 _aSandoval, Adriana
245 1 0 _aApuntes sobre Nuestra Señora de París
520 _aNuestra Señora de París, 1832, ofrece la posibilidad de una rica variedad de acercamientos, imposibles de abarcar en una breve reseña. Valgan estas líneas como una invitación entusiasta a su lectura. Claramente, es mucho más que la simple historia de la bestia, Quasimodo, enamorado de la bella, Esmeralda. El texto es también, entre muchas otras cosas, una defensa vehemente, epíteto vital de su autor, Victor Hugo, del patrimonio medieval parisino. En la época en la que escribe Hugo, el periodo de la restauración y el Segundo Imperio, se llevaba a cabo una renovación de la ciudad, con la consiguiente pérdida o transformación libre de muchos de sus edificios medievales, una de las gárgolas más retratadas de la catedral, por ejemplo, es del siglo Diecinueve… La gestación de esta novela se ubica en el marco del éxito editorial de Walter Scott en toda Europa. El editor de Hugo lo invitó a escribir una novela histórica á la Scott. El escritor francés acababa de publicar una entusiasta reseña de Quentin Durword, 1823, novela del escocés ahora arrumbada.
773 1 _tEste País. Tendencias y opiniones
_g240 (Abr. 2011), 29-30, cultura
999 _c237795
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