000 01670naa a2200157 a 4500
035 _a(janium)156951
005 20221114221914.0
998 _aBATCH
_b20061208
_cHEME4
_d20091208
_e(Sirsi) a189592
_zjanium
008 091208e mx |||p r 0 b|spaod
035 _a(Sirsi) a189592
090 _aANA
100 1 _aJiménez, Víctor
245 1 0 _aVolver a empezar
520 _aParecería imprudente, para el que se ocupe de la cultura en México, hablar contra lo que se podría llamar, autoridad de la historia: ¿cuántos discursos culturales, oficiales o no, comienzan por ampararse bajo la sombra tutelar de tal preceptora? Y sin embargo, si somos sólo un poco curiosos, advertiremos que no siempre se entiende por, historia, sobre todo en nuestro país, lo que algunos grandes historiadores de este siglo han creído que era su objeto de estudio. Es muy fácil, por ejemplo, encontrar entre nosotros una tendencia a entender por, historia algo que sólo sería veneración indistinta por el pasado... Grave confusión, ya que no se trata, en absoluto, de la misma cosa. Los historiadores que han podido establecer con claridad la diferencia eran conscientes de los riesgos que acarrea, en el terreno intelectual, semejante equívoco. Y también es posible advertir en ellos una percepción muy clara del peligro que puede representar para un país, para sus ciencias y artes, para su educación, para su economía e industria, para su posición en el mundo, para sus instituciones políticas y su misma seguridad nacional... conceder al pasado autoridad alguna en nombre de la historia.
773 1 _tEste país. Tendencias y opiniones
_g96 (mar. 1999), 62-64
999 _c156576
_d156576