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100 | 1 | _aHavel, Václav | |
245 | 1 | 3 | _aLa esperanza de Europa |
520 | _aHace poco, cuando estaba averiguando de dónde venía el nombre de Europa, me sorprendió descubrir que para muchos sus primeras raíces estaban en la palabra acadia erebu, que significa crepúsculo o puesta del sol. Por otra parte, se cree que Asia derivó su nombre del acadio asu, que significa salida del sol… A primera vista, este descubrimiento no parece de muy buen agüero. La palabra crepúsculo ha estado tradicionalmente asociada en nuestra mente con nociones de fin, extinción, derrota, ruina o muerte próxima. En ciertos aspectos, esta conexión convencional tiene sentido: el crepúsculo es en realidad el fin de algo. Como mínimo, el fin de un día y del ajetreo y el bullicio que lo llenan. Pero no significa derrota, fatalidad ni el fin de los tiempos. Ni mucho menos: es simplemente un signo de puntuación en el ciclo eterno de la naturaleza y la vida, en el que algo termina para que pueda empezar otra cosa. | ||
773 | 1 |
_tEste país. Tendencias y opiniones _g68 (nov. 1996), 50-55 |
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_c156066 _d156066 |