Trump y Rusia. La forma correcta de manejar las relaciones

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia están fracturadas y cada país tiene una evaluación muy diferente sobre lo que falló. Los estadounidenses señalan la anexión de Crimea y la sangrienta guerra secreta que el ejército ruso está librando en el este de Ucrania. También subrayan las políticas internas del Kremlin que reprimen a la sociedad civil, la imprudente exhibición de armas nucleares y las provocaciones militares contra aliados y socios de Estados Unidos en Europa. Resaltan además la intervención militar rusa en Siria dirigida a apoyar la cruel dictadura de Bashar al Assad. Y en especial hacen notar el intento, sin precedente, para interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2016, por medio de una campaña de espionaje informático respaldada por el Kremlin. El presidente ruso Vladimir Putin y su círculo cercano ven las cosas de otra manera. Respecto a Ucrania, Moscú considera que solo se está defendiendo de la incesante expansión geopolítica de Estados Unidos, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, Y de la Unión Europea. Sostiene que Estados Unidos y sus aliados han desplegado tropas justo en la frontera rusa, afirma que Washington ha intervenido en repetidas ocasiones en la política nacional de Rusia y, erróneamente, argumenta que la exsecretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton incluso incitó las protestas antigubernamentales de diciembre de 2011 en Moscú. También declara que Estados Unidos interviene en Siria para derrocar a un gobierno legítimo, en el ejemplo más reciente de sus intentos unilaterales para suprimir a los regímenes que no le agradan.