Comercio norteamericano: historia de dos águilas que a veces vuelan en paralelo (aunque a diferente altura, por supuesto)
Summary: Para finales del siglo Dieciocho era común que los nacidos en este continente se llamasen a sí, mismos, americanos, tanto al norte, como al sur de la frontera que entonces marcaba Coahuila y su extensión texana, entre dos exitosos experimentos colonizadores, Nueva España y Nueva Inglaterra. Apelativo para distinguirse de los nacidos en Europa, quienes mantenían privilegios políticos y comerciales que terminaron por detonar la independencia de ambos países. Mientras las barras y las estrellas arrancan su revuelta en 1786, la tricolor culmina en 1821. Treinta y cinco años determinantes para la historia mexicana, tanto en lo que toca al sistema de gobierno, como en temas comerciales. Los fundadores de Estados Unidos, obviamente, de América, tuvieron tiempo suficiente para definir el futuro de su destino y el régimen que le diera sustento. Encontramos así un sistema que favorece al individuo, dándole espacios de libertad que limitan al Estado, y unas fuerzas armadas que garantizan esas libertades al interior y al exterior de sus fronteras. Pronto, aquellos individuos enriquecidos descubrieron que también necesitaban mayor territorio y que sus fuerzas armadas podrían darle los alcances que necesitaban. El hielo del norte los obliga a mirar al plácido y despoblado sur, donde México inicia su vida independiente como un imperio que veía cómo el territorio de Centroamérica se sumaba a su proyecto, a la par que sus arcas restaban los recursos que los peninsulares se llevaban de regreso a la madre patria.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 506671 |
Para finales del siglo Dieciocho era común que los nacidos en este continente se llamasen a sí, mismos, americanos, tanto al norte, como al sur de la frontera que entonces marcaba Coahuila y su extensión texana, entre dos exitosos experimentos colonizadores, Nueva España y Nueva Inglaterra. Apelativo para distinguirse de los nacidos en Europa, quienes mantenían privilegios políticos y comerciales que terminaron por detonar la independencia de ambos países. Mientras las barras y las estrellas arrancan su revuelta en 1786, la tricolor culmina en 1821. Treinta y cinco años determinantes para la historia mexicana, tanto en lo que toca al sistema de gobierno, como en temas comerciales. Los fundadores de Estados Unidos, obviamente, de América, tuvieron tiempo suficiente para definir el futuro de su destino y el régimen que le diera sustento. Encontramos así un sistema que favorece al individuo, dándole espacios de libertad que limitan al Estado, y unas fuerzas armadas que garantizan esas libertades al interior y al exterior de sus fronteras. Pronto, aquellos individuos enriquecidos descubrieron que también necesitaban mayor territorio y que sus fuerzas armadas podrían darle los alcances que necesitaban. El hielo del norte los obliga a mirar al plácido y despoblado sur, donde México inicia su vida independiente como un imperio que veía cómo el territorio de Centroamérica se sumaba a su proyecto, a la par que sus arcas restaban los recursos que los peninsulares se llevaban de regreso a la madre patria.
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