Los Ayuntamientos y sus Contralorías Municipales: El Origen de la Impunidad y la Corrupción Gubernamental en México
Summary: La corrupción y la impunidad son, hermanas gemelas, que todos los días son en nuestro país tema de encabezados en los medios. Al parecer, estamos sumergidos en una forma de gobierno en el que, implícitamente esta añadida la corrupción en sus diferentes modalidades, al grado grotesco de que se asegura que los mexicanos somos corruptos por naturaleza, lo cual nos injuria y lastima pero también, nos pone a prueba como sociedad. Nuestro país requiere ser administrado como un modelo de empresa privada, en donde, si se nos permite la analogía, los socios, el pueblo, somos los dueños en los términos del artículo Treinta y nueve de la constitución federal. Al elegir a nuestros administradores, éstos se convierten en nuestros empleados; entonces deberían estar los mejores, los más capacitados, por lo que deben cumplir requisitos necesarios de probidad y honradez como en cualquier organización privada del mundo: al verse inmiscuidos en actos y,o omisiones que atentan contra los intereses y recursos de la sociedad, de inmediato son sustituidos o despedidos. En el caso de tener responsabilidades, simple y sencillamente se le finca al infractor la ley y los estatutos sociales, así como todas las consecuencias legales que resulten, eso de entrada inhibiría la posibilidad de que socios u personas ajenas contratadas por la empresa mercantil se vean involucrados en dichos actos.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 500650 |
La corrupción y la impunidad son, hermanas gemelas, que todos los días son en nuestro país tema de encabezados en los medios. Al parecer, estamos sumergidos en una forma de gobierno en el que, implícitamente esta añadida la corrupción en sus diferentes modalidades, al grado grotesco de que se asegura que los mexicanos somos corruptos por naturaleza, lo cual nos injuria y lastima pero también, nos pone a prueba como sociedad. Nuestro país requiere ser administrado como un modelo de empresa privada, en donde, si se nos permite la analogía, los socios, el pueblo, somos los dueños en los términos del artículo Treinta y nueve de la constitución federal. Al elegir a nuestros administradores, éstos se convierten en nuestros empleados; entonces deberían estar los mejores, los más capacitados, por lo que deben cumplir requisitos necesarios de probidad y honradez como en cualquier organización privada del mundo: al verse inmiscuidos en actos y,o omisiones que atentan contra los intereses y recursos de la sociedad, de inmediato son sustituidos o despedidos. En el caso de tener responsabilidades, simple y sencillamente se le finca al infractor la ley y los estatutos sociales, así como todas las consecuencias legales que resulten, eso de entrada inhibiría la posibilidad de que socios u personas ajenas contratadas por la empresa mercantil se vean involucrados en dichos actos.
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