Lazo Briones, Pablo

Seducción y juego: los límites de la mirada erótica

Seducción El lector de Historia del ojo, anonadado por la contundencia de las imágenes explícitas con que lo ha poblado Bataille, puede pensar que no ha quedado límite sin transgredir, que la mirada lo ha penetrado ya todo y no queda nada más que ver, lo que equivale a decir que, en términos eróticos, no queda nada más que averiguar, con nada más que jugar. Nada más lejano al universo de la transgresión batailleana: la saturación de imágenes obscenas, de desgarrado deseo por otro que siempre escapa, incluso cuando se le tiene sometido y penetrado, no cierran el evento erótico, no cancelan su ludismo de seducción, sino que lo abren en un campo limítrofe de su propia condición de posibilidad.