Biocombustibles, biotecnología y alimentos. Impactos sociales para México
La producción de biocombustibles forma parte de una estrategia competitiva dentro del mercado agrícola internacional. Estados Unidos busca terminar con su dependencia de las importaciones petroleras desarrollando energías alternativas. La expansión de la producción de etanol derivado del maíz, en Estados Unidos, principalmente, ha incrementado la demanda de este cereal llevando a un aumento en sus precios. Por décadas, el mercado global agrícola se ha caracterizado por el aumento creciente en los niveles de producción y productividad, una débil demanda y una baja significativa en los precios agrícolas y de alimentos. El aumento en el precio de los alimentos que se experimentó desde el año 2006, en especial del maíz, tiene que ver con la demanda de productos agrícolas para la producción de bioetanol. El objetivo de este trabajo es analizar el desarrollo actual de la producción de bioenergéticos y cómo este desarrollo puede afectar el suministro de alimentos agrícolas en México. El Senado de la República Mexicana, aprobó el veintisiete de abril de 2007, promover el uso y producción de etanol y otros biocombustibles derivados del maíz y el azúcar, a pesar de las críticas de académicos y de organizaciones no gubernamentales. México es el centro de origen del maíz y este grano es base de la alimentación del mexicano. De acuerdo con la Ley y Promoción de los Bioenergéticos, el objetivo es producir biocombustibles reemplazando a los combustibles fósiles, en concordancia con el compromiso con el Protocolo de Kioto, El presente artículo propone excluir de dicha Ley los productos agrícolas que forman parte de la alimentación del consumidor mexicano.