Baxter

El (verdadero) momento mexicano

Una tras otra. Lo de Carmen Aristegui volvió a tocar fibras sensibles entre quienes creemos que lo que ocurre en México no es coincidencia. La voz crítica en la Frecuencia Modulada, incomodísima, corrosiva fue silenciada. Carmen lograba poner temas en la agenda de un país que se rige por una constante lucha de poder y avaricia. Aristegui fue la piedra en el zapato de Felipe Calderón, pero Enrique Peña Nieto significa el regreso del régimen que rechaza con cinismo las voces disonantes: Ya sé que no aplauden. No es coincidencia porque no es la primera vez que esto ocurre en México. Aristegui es una privilegiada, una verdadera rockstar dentro de los medios de comunicación. A ella la corrieron y no tuvo que atravesar el infierno por el que pasan otros colegas. México es el país que no protege a su prensa, porque la labor de ésta implica levantar faldas y aquí, al parecer, todos tienen cola que les pisen. Tal vez esa sea la razón de que tantos políticos inviertan ahora dinero en bienes raíces de Estados Unidos. Tendría que ser al revés: gobernar para hacer crecer el país. Tal vez ellos ya le vieron final al motín que parecía interminable. Sálvese quien pueda.