Ochoa, Raúl
Los luchadores viven a la espera de la última derrota
Son luchadores, pero una lesión puede doblegarlos para siempre. Su vida es pelear, pero deben callarse ante los empresarios que los mangonean. Combaten sobre el ring, pero las mayores batallas las tienen perdidas: no gozan de derechos laborales, ninguna autoridad les hace esquina, carecen de servicios médicos, no poseen programas de retiro y los promotores los tunden. Así, la muerte del Hijo del Perro Aguayo se revela como la consecuencia ineludible de un deporte,espectáculo plagado de abusos, mezquindades e improvisación.