Editorial

VIH: un llamado a la acción positiva

Desde hace treinta años los habitantes del planeta convivimos con el virus de inmunodeficiencia humana, VIH, periodo en el que hemos sido testigos de los avances y esfuerzos infructuosos que han surgido del campo de la ciencia en el intento por detener la propagación de esta epidemia que actualmente afecta alrededor de dos punto cinco millones de personas en el mundo, según cifras de 2011 proporcionadas por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH, Sida, ONUSIDA. Ante este panorama, y reconociendo que se requieren respuestas desde el ámbito de la salud pública para hacer frente al VIH, no podemos evadir el hecho de que factores como el estigma y la discriminación, que surgen del desconocimiento y la desinformación sobre este tema, la falta de acceso a los servicios de salud, al trabajo, a la educación y a los sistemas de seguridad social, representan algunos de los más graves obstáculos para garantizar que las personas con VIH puedan ejercer sus derechos de forma libre dentro de un verdadero Estado democrático de derecho. En ese sentido, es necesaria una respuesta integral al VIH, en la que se consideren los esfuerzos que emanan de los ámbitos social, político, económico, legislativo, científico, educativo, cultural, etc., con el fin de prevenir que se incremente la transmisión del virus, de evitar que se den más violaciones a los derechos humanos de quienes viven con VIH, y de ofrecerles una adecuada atención en su tratamiento que les permita tener una mejor calidad de vida y desarrollarse plenamente dentro de la comunidad.