Trejo Delarbre, Raúl

Juicios paralelos, omisiones mediáticas (y procesos electorales)

El desprecio por derechos fundamentales como el honor, la intimidad, el respeto, la veracidad o la presunción de inocencia, cuya conculcación no puede defenderse en ningún caso apelando a la libertad de expresión. Gracias a los medios es posible conocer abusos, excesos, injusticias, de los actores de la vida pública, incluyendo desde luego a los jueces. La justicia mediática no es justicia. Los medios están para informar y entretener. Cada contenido que difunden lo hacen a partir de las perspectivas que les imponen sus intereses, propensiones y contextos. Cada medio de comunicación tiene su propia apreciación de los hechos, de tal que carece de la autoridad y la imparcialidad que requeriría para asignar absoluciones y castigos. La justicia es asunto de los jueces. Pero como quienes tienen la responsabilidad institucional de impartirla no están aislados y son susceptibles a un entorno que en buena medida es definido por el estrépito mediático, entonces la propensión de quienes tienen acceso a los medios para dictar indulgencias y sentencias, y el efecto social que pueden alcanzar, adquieren especial relevancia.