Amador Tello, Judith

En la Iglesia de Maximiliano en Viena, altar de la Guadalupana

Cuando Maximiliano de Habsburgo fue fusilado en el Cerro de las Campanas en Querétaro el diecinueve de junio de 1867, su hermano, el emperador Francisco José, envió una carta al gobierno de Benito Juárez para solicitarle los restos del archiduque, en una actitud que constituyó, un triunfo para el derecho y la diplomacia, de México. Así lo describe el escritor Vicente Quirarte en el capítulo, El primer Maximiliano, del libro colectivo Entre la realidad y la ficción. Vida y obra de Maximiliano, coordinado por la historiadora Esther Acevedo.