Santiago, Aníbal

El diccionarista ilustrado, Juan Palomar, un cazador de palabras

Cuando Juan Palomar inicia un diccionario, sabe que al acabarlo tendrá aún menos pelo en la cabeza, pero sobrevivirá. A sus ochenta y tres años trabaja con la paciencia de un santo, como aquellos que habitaban las iglesias donde daba misas de treinta y cinco minutos cuando era cura, y los fieles de su natal España, de Inglaterra o México le agradecían esa brevedad cargada de denso contenido. Cuenta que su madre decía: Juanito tiene mucha paciencia. Eso significaba tesón, dice. Debe ser. Sus obras le toman entre cinco y ocho años de investigación y escritura. Pero puede irse al extremo: ha tardado veintisiete años en escribir el Diccionario de Madrid. No habría manera de hacerlo más rápido. Tan sólo su Diccionario de México contiene treinta y tres mil doscientas diecisiete palabras. Y el Diccionario para juristas es de mil cuatrocientos treinta y nueve páginas. Todas, elaboradas por un solo individuo. Que además, hay que decirlo, escribe todo a mano, con bolígrafo.