Grupo Consultor Interdisciplinario
Los (Primeros) Pasos de López
Madrugando amanece ... y Andrés Manuel López Obrador tiene prisa por asumir la Presidencia de la República. Como si quisiera achicar el interregno, o por lo menos encontrarle un atajo, López Obrador empezó a despachar desde esa casona de la colonia Roma al día siguiente del fiestón democrático en el que le llovieron sufragios por millones: en alto contraste con su habla pausada, el accionar del presidente electo no ha dejado de sorprender por su inusitada velocidad. Tal como sucedió en la campaña, donde de punta a punta marcó el ritmo y tono, AMLO ha concentrado cámaras y micrófonos en los primeros días de este dilatadísimo cambio de guardia. En plena luna de miel y en consonancia con el claro mensaje de las urnas de poner fin a los excesos y abusos del poder, el presidente electo soltó sus, Cincuenta lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana en el gobierno, que han sido, en lo general, bienvenidos pero que, en lo particular, han dividido las aguas de la opinión. Muy pocos, aunque los hay, podrían reprochar públicamente las intenciones de instrumentar medidas de austeridad en el gobierno federal. Se trata de una iniciativa noble, que se vende por sí sola frente a un electorado hostil hacia la clase política. Además de su notoria ambigüedad y ausencia de sistematización, algunos lineamientos caen en el terreno de las buenas intenciones antes que en objetivos de política pública. A grandes rasgos, los cincuenta lineamientos podrían agruparse en cinco ejes: Uno, Medidas contra la corrupción, Dos, Fin de los privilegios, Tres, Disminución del gasto, Cuatro, Prevención de conflicto de intereses y Cinco, Puntos enunciativos. De chile, de dulce y de manteca... los lineamientos incluyen disposiciones necesarias y razonables, pero también algunas ocurrencias y medidas que desde ahora se antojan difíciles de llevar a cabo…