Milián Avila, Guadalupe María, et. al.
Parque del Esfuerzo, un paradigma
En México, los, asentamientos irregulares, constituyen un fenómeno alarmante e incontrolable; representan más del cincuenta por ciento del desarrollo urbano. Aunque ostenten títulos de propiedad y estén sujetos al pago del impuesto predial, mayoritariamente no se encuentran debidamente registrados en los catastros ni reciben atención por parte del municipio. Bajo el argumento de la, irregularidad, la provisión de servicios y equipamientos básicos se deja en manos de los propios habitantes, quienes dan respuestas dependiendo de sus capacidades de organización, de sus recursos económicos y de la escasa información de la que disponen para identificar, priorizar y responder a sus necesidades, Melé, 1994; Bazant, 2001; López, 2014. Las autoridades, en lugar de dar respuesta a los requerimientos sociales, otorgan, favores, a cambio de votos, Melé, 1994: 179. De ahí que el acceso a varios satisfactores indispensables se postergue y hasta se cancele definitivamente, dejando a la población en condiciones de precariedad. Tal es el caso de las actividades recreativas y de esparcimiento, particularmente las áreas verdes que, paradójicamente, son cada vez más reconocidas en la cultura urbanística por su contribución al medio ambiente y la salud, Banjerjee, 2002, a la economía, a la cohesión social, Hamik y Welle, 2009, y, en general, al desarrollo humano, Lugo, 2013; y, al mismo tiempo, son inadecuadamente atendidas o de plano ignoradas por las autoridades y hasta por los habitantes.