Arriaga, Guillermo

La función de la hermenéutica filosófica en la interpretación jurídica

¿La hermenéutica filosófica tiene una función en la. interpretación jurídica? Ciertamente, esta pregunta surge de la duda e incertidumbre que algunas personas tienen sobre la utilidad de la filosofía misma; aunque es un cuestionamiento legítimo, es menester señalar que esto evidencia el desconocimiento que envuelve la labor filosófica. En el presente, asistimos un tiempo en el que prevalece el valor por la técnica sobre el saber teórico, es decir, filosófico. Al parecer, el, desarrollo de las ideas, la profundización de los conceptos y el esclarecimiento sobre las incógnitas del mundo no tienen valía en una economía neoliberal y una sociedad consumista. Así, dentro de este escenario, la filosofía se presenta como un conocimiento ocioso e improductivo. Sin embargo, el saber filosófico es único en sus posibilidades y original en su composición. A diferencia de otras formas de conocimiento, su objeto de estudio es indeterminado, su quehacer se desarrolla en todo aquello que concierne a la existencia humana, en hecho o posibilidad. Su único limite, es de las capacidades humanas. Filosofar es un acto de rebeldía, una inconformidad con todo aquello que se presente como hecho o dogma, convención social o superstición. Por consiguiente, el filósofo, para realizar su tarea, debe tener inteligencia para aprender y abstraer la realidad, imaginación para pensar en lo impensable y creatividad para desarrollar teorías, sistemas o modelos filosóficos. Así, la filosofía se pregunta muchas cosas. Averigua y examina todo cuanto le sea posible, en tanto todo mismo. Pese a que no siempre hay una respuesta absoluta, su voluntad por preguntar, conocer y comprender no se ve menguada, al contrario, su tenacidad la incita a seguir cuestionándose por el mundo circundante. Ahora bien, cuando se habla de filosofía en estricto sentido, puede ser tan general y ambigua.