Espinosa, Guillermo G.
El movimiento canábico de Uruguay
Los uruguayos llevan más de una década discutiendo cómo se puede regular legalmente toda la cadena de producción de marihuana; hasta el momento los avances están relacionados con fines recreativos: autocultivo, clubes canábicos y venta en farmacias. En el siguiente texto se narran los claroscuros de esta experiencia. La vieja casa de la esquina de Maldonado y Casinoni es un palacio de la nueva cultura canábica de Montevideo. Al pie de sus muros azul celeste están pintadas unas matas de marihuana, en contraste perfecto con frisos. cornisas y balcones que combinan los estilos neoclásico y art nouveau. Un rock pop muy suave y el aroma de flores de marihuana confirman que estamos a las puertas de una tienda de insumos para autocultivadores, que a la entrada tiene un discreto cartel que dice Grow Shop, con una linda hoja verde palmeada de siete puntas. Su dueño, Juan Baz, es un conocido activista por los derechos de los consumidores de mota que hace años se plantó contra el prohibicionismo junto a su esposa, Laura Blanco. Ellos formaron parte de los jóvenes que por allá del año 2005 se reunían espontáneamente en el Parque Rodó para fumar e intercambiar ideas y materiales de siembra, lo que era ilegal, pero menos riesgoso que meterse en, las bocas, del narcotráfico para conseguir yerba de mala calidad, conocida como, prensado paraguayo.