Chapela, Luz María, 1945-2015,
Fidel rescató la dignidad
El idioma es un instrumento esencial de conocimiento. Sus diversos registros arrojan luz sobre la formación de las culturas. Fijan un modo peculiar, un estilo y la entonación que define la lengua de los pueblos. En Cuba, hemos tenido grandes comunicadores a lo largo de nuestra historia. Maestros de la oratoria y dueños de la palabra. José Martí convencía con el fuego de su verbo cargado de imágenes poéticas y verdades absolutas. En su época nadie seguramente lo superó. ¿Por qué hechizaba a todos? Porque en sus discursos había, junto al torrente metafórico, un pensamiento claro y la certeza de que la historia no la hacen sólo los héroes, sino los pueblos. Y completó la idea de Patria con su visión integral como símbolo de la Nación y de su designio histórico. Su palabra llegó a convertirse en acción. No por capricho Fidel Castro afirmó en, La Historia me absolverá, que Martí fue el autor intelectual del Moncada. Preconizó el destino de Cuba y vio, como nadie, la semilla del imperialismo regarse en las tierras de Nuestra América.