García Canal, María Inés
El imposible duelo
La melancolía no fue siempre un estado patológico de la psiquis, tal como es conocida a partir del siglo veinte y por el memorable texto de Freud, Duelo y Melancolía... Se inscribe en la historia, y adquiere connotaciones diferentes en distintos momentos. Inicia su avatares en el desierto, espacio interminable, sin principio ni fin, sin fronteras ni límites. Almas afectadas, en los primeros años del cristianismo, por el peor de los vicios y dominadas por la fuerza devastadora de Qètèb, el demonio del mediodía. Acedia la llamaron los Padres de la Iglesia en los primeros años del cristianismo, vicio reputado como uno de los mayores por su insolencia en desafiar y rechazar el amor de Dios. Mente vagabunda con una curiosidad que no da tregua, llena de rencor y malicia, de desesperación y tristeza.