Federalismo, drogas y violencia. Por qué el conflicto partidista intergubernamental estimuló la violencia del narcotráfico en México
La visión dominante del dramático aumento de la violencia criminal en México tras la intervención federal en la guerra contra las drogas en 2007 sostiene que la violencia del narcotráfico se intensificó en regiones donde el presidente no pudo coordinar las acciones del gobierno federal con las autoridades locales de oposición, pero fue significativamente menor en zonas donde se coordinó con sus correligionarios. En este artículo desafiamos el argumento de la, coordinación, y afirmamos que en contextos de aguda polarización política, como el que privó en México antes de la guerra contra las drogas, el conflicto partidista puede motivar al gobierno federal a desarrollar intervenciones militares y policiales cooperativas en regiones donde gobierna el partido del presidente y a negar asistencia efectiva en regiones gobernadas por sus enemigos políticos, para después culparlos de la violencia criminal. A partir de una nueva base de datos sobre la violencia del narcotráfico en México, 2006-2012, mostramos que aunque la violencia criminal fue más intensa en los municipios de los estados gobernados por la oposición, fue cinco veces mayor en ciudades gobernadas por la izquierda, la némesis política del presidente. A través de estudios de caso, mostramos cómo el gobierno federal utilizó estrategias diferenciadas ante la violencia del narcotráfico: coadyuvó y protegió a sus correligionarios, PAN, cooperó parcialmente con la oposición de centro, PRI, pero confrontó y desprotegió a la oposición de izquierda, PRD. Nuestros hallazgos son consistentes con estudios que muestran que los agentes del Estado no siempre buscan el monopolio de la violencia y que incluso a veces toleran la violencia para castigar a sus enemigos políticos.