Mesa de Redacción

Todo por lograr... ¿resultados?

En su año y medio de gobierno, la administración de Enrique Peña Nieto ya mostró la tónica que aplicará por el resto del sexenio: hará lo que sea necesario para convencer a la población, vía gasto publicitario en comunicación social, que sus reformas estructurales fueron necesarias y, sobre todo, que las mismas darán los frutos suficientes que garanticen que su partido en 2018, no regresará la Presidencia a la oposición. Frente al entorno recesivo y de bajo crecimiento de la economía mundial, el gobierno peñista se propuso imponer los cambios, estructurales, que estimularan la inversión local y extranjera en energía y telecomunicaciones. Para ello, fue necesario acordar con la oposición la mayoría de esas reformas, al estilo del viejo sistema político mexicano: reformas graduales, dosificadas, poco profundas. Para esas tímidas reformas, debían corresponder órganos reguladores con escasa fuerza y atribuciones, y con comisionados que no obstaculizaran los propósitos gubernamentales. ¿Acaso no ha ocurrido así, en el terreno de las telecomunicaciones?...