Santiago, Aníbal

Cuando el futbol sólo sueña

Javier Mosqueda se llama, pero le dicen El Mosco. Gran atleta y mejor vendedor. Campeón en maratones, torneos nacionales, juegos paralímpicos mexicanos y panamericanos, se gana la vida ofreciendo rastrillos, pilas, cualquier cosa, en los vagones del Metro. Perdió la vista hace veinte años, hoy tiene cuarenta y seis y pasó por todo: operaciones, abandono, depresión, el deporte, búsqueda infructuosa de empleo. Combina, en su vida diaria, los paseos por los túneles del metro con el futbol. Juega aunque no ve la bola, pero la escucha. Es portero y ocupa un lugar principalísimo en un mundo sin formas, en un mundo en donde se juega a oscuras y él voltea a ver la ventana para atrapar un hilillo de luz.