Clandestinidad, supervivencia y desigualdad social. Un vistazo a la economía informal

Como cada fin de año, en la Cámara de Diputados se aprueban tanto la Ley de Ingresos como el Presupuesto de Egresos, a partir de los cuales el gobierno estructurará su funcionamiento y la aplicación de políticas sociales durante el siguiente año. En esta ocasión, la Ley de Ingresos estuvo acompañada por lo que se llamó, Reforma Hacendaria y de Seguridad Social. Uno de los cambios más significativos dentro de esta reforma es el de la desaparición del Régimen de Pequeños Contribuyentes, REPECOS, y su reemplazo por el nuevo Régimen de Incorporación. Esta sustitución responde principalmente a dos motivos. Por un lado, evitar la simulación que llevan a cabo algunas empresas que se declaran en esta situación, que permite ganancias hasta de dos millones de pesos anuales, evadiendo las contribuciones que realmente deberían estar realizando. Por otro lado, se pretende hacer una invitación a partir de estímulos especiales a quienes se registren bajo esta modalidad y hagan la transición de la llamada, economía informal, a la formalidad. Esto, con la finalidad de ampliar la base contributiva y que el gobierno pueda contar con más recursos para implementar programas como el seguro de desempleo, el seguro a madres solteras y otros.