Vega-Gil Rueda, Armando, 1955-

La jaula de oro

Cuando llegue, no veré con entusiasmo los jardines del sueño americano; estar é tan mutilado que no habrá sonrisa que alivie las heridas del viaje. El viaje me transforma sin remedio. Cuando llegue a mi destino, seré otro. Seré otros. El otro yo: la barba y los vellos habrán aumentado en densidad y tamaño hasta lo desconocido, los dientes serán menos blancos, menos felices, tendrán fisuras que no estaban antes de los puñetazos, de las patadas, de los cachazos; la luz refractada por mis ojos quizá sea mas opaca que la luz multicolora que me vio partir: la de una Guatemala eviscerada por la violencia y la miseria inauditas, insoportables, monstruosas; la luz amarilla de sus barracas y sus tiraderos donde conviven mis amigos con los zopilotes, los gusanos y los ácidos que corroen la ropa.