Soto Galindo, José

Los espiamos porque podemos... y no repliquen

México ha sido blandengue en el caso del espionaje a las telecomunicaciones emprendido por Estados Unidos. El adjetivo puede parecer excesivo, pero la revisión de los hechos recientes lo justifica: en marzo de 2013, un centro de estudios de la Universidad de Toronto detectó la existencia de un software para espiar comunicaciones instalado en la infraestructura de dos operadores mexicanos; en junio, Edward Snowden, ex contratista de la estadunidense National Security Agency, NSA, reveló un esquema de intervención de comunicaciones a escala mundial, México incluido, y, en agosto, la mayor cadena de televisión de Brasil documentó que se espió al presidente Enrique Peña Nieto cuando era candidato al cargo... ¿Y qué hace el gobierno mexicano? Cruza los brazos y espera instrucciones de la administración de Barack Obama.