Didriksson, Axel

Avisos de estallido

En plena crisis y descomposición económica y social, los políticos viven una rara euforia. Se congratulan de sus logros personales, legislan sin ton ni son, dictan normas, crean organismos, disponen a capricho del erario y hacen como si de esa forma estuvieran cambiando algo en el país… En la zona alejada del confort de esos políticos encumbrados en altos puestos o representaciones del Estado, dicha fiesta es cada vez menos comprendida y aceptada por indígenas, maestros, campesinos pobres, estudiantes y trabajadores con ínfimo salario fijo que se reduce más por efecto de la carestía y la inflación. Para ellos, lo importante es que una ola de rebelión está comenzando… Quizás no se den cuenta de ello los que están en el limbo de la política mexicana, pero la movilización social de los marginados es constante y de todos los días en estados como Chiapas, Oaxaca, Morelos, Veracruz, Michoacán, Zacatecas, Guerrero, así como en otros estados del centro y norte de la nación y, de manera permanente, en un atrofiado y maniatado Distrito Federal.