Cantú, Jesús
El discurso contra la realidad
Desde antes de asumir formalmente el cargo de presidente de la República, Enrique Peña Nieto delineó su estrategia: gobernar a partir de la construcción de expectativas positivas a través de un discurso oficial optimista; adicionalmente, el tema de la inseguridad fue prácticamente desterrado del lenguaje presidencial y la mayoría de los medios de comunicación lo relegó a las páginas interiores o espacios secundarios… En noviembre del año pasado, al participar en la primera sesión plenaria del Consejo Nacional de Banorte,Ixe, todavía como presidente electo, Peña Nieto ya aseguraba que México tenía posibilidades de convertirse en potencia económica mundial y, por lo mismo, había que consolidarlo como una de las economías emergentes a nivel mundial para atraer la inversión extranjera. A los pocos días de que tomó posesión, como eco, surgieron acreditadas voces internacionales que proclamaban que en los próximos años México se convertiría en una potencia económica mundial. El veinticinco de febrero, Thomas Loren Friedman, periodista estadunidense tres veces ganador del Premio Pulitzer, dedicó su artículo en el New York Times a argumentar su idea de que en el transcurso del siglo Veintiuno México llegaría a ser una potencia mundial, por encima de China o India.