TY - GEN AU - Vega-Gil Rueda,Armando TI - La chica del dragón tatuado N2 - Los asesinos siempre dejan huellas, indicios, olores, sensaciones e imágenes monstruosas que en primera e irrenunciable instancia quedan en los cuerpos, que aniquilan. El cadáver es el principal indicio, el testigo de cargo, el demandante, la parte acusadora. Pero el cuerpo sin vida, sembrado en medio de los ojos del mundo, como un muñeco grotesco amenazante y oculto en las profundidades del mar helado del Norte para alimento del olvido, es el triunfo del silencio cómplice del matarife... Así, con su presencia activa en las escenas del crimen, los matadores alteran para siempre el equilibrio de tiempo y espacio. El paisaje ya jamás será el mismo, aunque la silueta trazada con gis del cuerpo desmadejado en el piso se borre con el viento y las lluvias, aunque se lave con jabón y escobeta el charco malva abonado por las venas rotas, por más que la madre de aquella prostituta rusa desaparecida hace años sueñe con su hija y acuda noche y día a la comandancia. ER -