Huchim, Eduardo R.
Sosa nostra: la audacia y el acoso
En 1985, Tulancingo, Hidalgo, era presa de grupos porriles que, amparados por las dirigencias estudiantiles de Pachuca, hacían y deshacían en ese municipio, gobernado entonces por Luis Alberto Roche Carrascosa, fundador de once organizaciones filantrópicas. Devoto de la protección al ambiente, el alcalde no tenía las simpatías del entonces gobernador Guillermo Rossell de la Lama, pues su candidatura había sido impulsada por el hidalguense Adolfo Lugo Verduzco, a la sazón presidente nacional del PRI… El dieciocho de septiembre de ese año la policía detuvo a un estudiante que conducía ebrio un vehículo y la reacción porril no se hizo esperar: un grupo de estudiantes preparatorianos atacó la comandancia municipal y golpeó con palos a los policías. Uno de éstos, Ernesto Ríos López, le disparó a Tomás Carvajal Islas en el estómago y, a su vez, recibió un balazo en la mano… El estudiante Carvajal fue trasladado a la ciudad de México e internado en el Hospital General, donde se dio un aciago hecho: al no resistir el terrible movimiento telúrico del diecinueve de septiembre de 1985, se desplomó la parte del nosocomio donde estaba el preparatoriano hidalguense, quien perdió la vida.