Pacheco, José Emilio

Cien años después El porfiriato: Principio y fin

Pompeyo, Pompeius Maximus, el más grande general romano antes de Julio César, es vencido por su antiguo aliado en la batalla de Farsalia. Se refugia en Alejandría. Teódoto, un eunuco de Cleopatra, lo asesina, lo decapita y entrega su cabeza a César para halagar al vencedor. Año cuarenta y ocho antes de Cristo. Poco antes de su muerte Pompeyo dice: Todos los pueblos veneran al Sol naciente. No hay ninguno que reverencie al Sol poniente… Tal vez Porfirio Díaz conoció la frase en el seminario de Oaxaca o la escuchó en labios de su maestro, el latinista Benito Juárez. El caso es que en 1911 el Sol naciente se llamaba Francisco I. Madero. Su triunfo despertaba una esperanza tan grande que ningún poder humano sería capaz de realizar… A unos meses de la apoteosis que significaron las fiestas del Centenario el Caudillo estaba solo. Todos lo abandonaban, en particular quienes juraron ir con él hasta la ignominia. Divide y perderás: había jugado uno contra otro a los dos pilares de su régimen: Bernardo Reyes, las fuerzas armadas, y José Yves Limantour, las finanzas.