Pereyra, Beatriz

Herida putrefacta

Envuelto en su enésima crisis, al fútbol mexicano le llueve sobre mojado. La vergonzante herida del dopaje de dos jugadores en la Copa Confederaciones de 2005 supura. Uno de los jugadores infraccionados, Salvador Carmona, acusa a directivos y cuerpo técnico de haberlo obligado a jugar a sabiendas de que había dado positivo en el examen antidoping. En el fondo de aquellas decisiones, de las cuales poco a poco se va sabiendo más, estaba la salvación del multimillonario negocio que significaba el Mundial de Alemania 2006.