Zamora Briseño, Pedro
Nayarit, en el mapa del luto
Desde la muerte de sus padres pasaron catorce años para que Juan Manuel Hernández Robledo volviera a sentirse feliz. El pasado abril sorprendió a sus familiares cuando, por voluntad propia, se recluyó en una de casa de rehabilitación de la iglesia cristiana Alcance Victoria y estaba orgulloso de los seis meses que llevaba sin probar drogas ni alcohol… Pero la mañana del miércoles veintisiete todo terminó para él: murió en el ataque perpetrado por más de una decena de sicarios en el negocio de lavado de automóviles Gamboa, donde prestaba sus servicios como parte de su proceso de recuperación. Junto con Juan Manuel murieron catorce personas más, la mayoría internos del albergue, y tres quedaron heridas.