Damm Arnal, Arturo
De las falacias económicas: dinero, ¿igual a riqueza?
¿En qué consiste la riqueza? La pregunta se viene planteando, para no ir muy lejos, desde los tiempos de Aristóteles, y las respuestas no siempre han sido correctas, sobre todo por obra y gracia de la ilusión crisohedónica que lleva a los hombres a confundir riqueza con dinero, como sucedió, por ejemplo, durante la época mercantilista del siglo Quince al Dieciocho que dio como resultado una serie de medidas impuestas por los poderes políticos cuyo fin era lograr la mayor acumulación posible de metales preciosos: el dinero en aquel entonces… Pero la ilusión crisohedónica no fue superada con el mercantilismo, suponiendo que el mercantilismo realmente haya sido superado, hoy se puede hablar, con toda propiedad, del neomercantilismo, una de cuyas manifestaciones más conspicua es la globalifobia, y, al menos en el discurso, se sigue confundiendo riqueza con dinero, al grado de afirmar que es rico quien tiene mucho dinero. Muestra de lo anterior es la lista de los hombres y mujeres más ricos del mundo, listado que se lleva a cabo en función de la cantidad de dinero que tiene cada uno de esos multimillonarios. Lo dicho: riqueza es dinero, dinero es riqueza, o al menos eso parece, y las apariencias engañan, y a la prueba del náufrago me remito.