González Mujica, Mónica

Periodistas : víctimas de primera línea del crimen organizado

Cuando a mi pantalla del computador llegó el mensaje que me anunciaba que se me había otorgado el Premio UNESCO/Guillermo Cano de Libertad de Prensa 2010, la emoción y una avalancha de rostros, gritos, susurros e imágenes sumergidas en mi memoria, emergieron como un torrente. Durante varios días las voces de aquellos con los que viví los 17 años de dictadura en Chile -muchos de los cuales ya no están-, desfilaron como un caudal que amenazaba con desbordar. Sentí pudor. Muy pronto se instaló una pregunta: ¿por qué ahora, cuando la cultura de muerte en mi país se bate en retirada, se me entrega esta distinción? Por qué a una periodista chilena, cuando en estos mismos minutos, en distintos lugares del mundo, hay muchos que lo arriesgan todo para cumplir con el derecho inalienable de todo ciudadano a saber cómo funcionan las mafias que lo despojan del derecho a la vida, un salario digno, de su derecho al placer y carcomen las instituciones destinadas a defenderlo. Hace sólo unos días murió tras ser detenido el editor del semanario Cameroun Express, Agota Ngota Germain, una prueba más del compromiso llevado al límite de tantos periodistas por informar y denunciar los abusos de poder. ¡Hasta que encontré un significado para este premio! Y hoy quiero compartirlo con ustedes en este día en que examinamos en el mundo entero la salud de la libertad de prensa.