Pereyra, Beatriz
El derroche
Sudáfrica no es la excepción; si acaso la aberrante confirmación de que el negocio del futbol arrasa con los presupuestos de los países sedes de los Mundiales. En este país africano, cuya economía despunta como una de las emergentes a escala internacional, la construcción de estadios implicó en algunos casos destruir escuelas y castigar presupuestos en rubros como los de salud, agua potable y electricidad. Es más: como ocurrió en China, Japón y Grecia, a varios de los monstruos deportivos construidos en esta desigual nación de la mano del derroche y la corrupción les espera, una vez concluido el huracán futbolero, simplemente la inutilidad.