Maillard, Tatiana
Me dicen la viene-viene
En teoría, prestar un servicio no solicitado y pedir un pago por él merece una infracción. En la práctica, en el DF hay aproximadamente cinco mil cuidacoches que lo mismo indican cómo estacionarse a quien no sabe que a los expertos. Y algunos hasta tarifa ponen. Desde el año pasado la Subsecretaría del Trabajo puso en marcha el programa Cero Crecimiento y Prevención del Delito, dando licencias a ciento veintinueve franeleros de Iztacalco y Álvaro Obregón. Hace dos semanas tocó el turno a Coyoacán, donde los franeleros ya tienen casacas fluorescentes de viene-viene oficial. ¿Qué se requiere para ser lavacoches autorizado? ¿Las licencias limitan el perímetro donde trabajan? ¿A poco los aspirantes asisten a los cursos de cultura cívica que les imparten? Es más, ¿de veras va a disminuir el número de personas que se dedican a esta actividad? Bueno, por lo menos esta semana se incrementó y Coyoacán estrena una franelera cuyo servicio, francamente, es prescindible.