Flores, Miguel Ángel
Omiten referencias a México en la muestra sobre Vargas Llosa
Cuando el escritor Mario Vargas Llosa se lanzó a la candidatura por la presidencia del Perú, Proceso le inquirió el porqué se había involucrado en la política militante. Y respondió: Nunca estuvo en mis planes, nunca me pasó por la cabeza. Eso sucedía en 1988… Como la mayor parte de los intelectuales latinoamericanos, Vargas Llosa había sido hasta entonces lo que se conocía como un intelectual comprometido, un intelectual que utilizaba su destreza en el manejo del lenguaje y su cultura para defender las causas del pueblo. Miembro del Partido Comunista en su primera juventud, el narrador también se entusiasmó con el triunfo de Fidel Castro y la Revolución Cubana. Pero luego vino el, caso Padilla, y, para Vargas Llosa, Castro se volvió un hombre enfermo de poder que no admitía la crítica. El asunto del juicio al que fue sometido el poeta Heberto Padilla lo marcó como un hombre de pasión política.