Curiel Ballesteros, Arturo

Guadalajara de olor a tierra mojada a tierra degradada

Una manera como se reconoce a Guadalajara en el mundo es a través de la canción que Pepe Guízar compuso inspirándose en la tierra en que nació, la del alma de provinciana. En ese entonces, Guadalajara era considerada como la ciudad de las rosas y la perla de occidente. En los primeros años de la década de los cuarenta, habitaban en ella doscientas treinta mil personas en una extensión de siete mil hectáreas, rodeada por cultivos de maíz, frijol, trigo, cebada, caña de azúcar, camote, agave tequilero, henequén, cacahuate y jícama; además de frutales: naranjos, mangos, guayabos, ciruelos, zapotes, duraznos, membrillos. Para rematar, extensos bosques de pinos y encinos donde abundaban venados y guajolotes silvestres.