Turati, Marcela

Mordida sobre mordida

Funcionarios locales de la Sedesol en Guerrero exigieron, diezmo, a empresarios para adjudicarles el programa Piso Firme; sus familiares y amigos se convirtieron en proveedores únicos; jinetearon, el presupuesto; los extorsionaron para liberarles recursos, en contubernio con la banca privada, y hasta llegaron a secuestrar a uno de ellos. Ninguna queja valió para que el secretario Ernesto Cordero frenara las anomalías en torno de su delegado. Hoy, los contratistas padecen represalias y están quebrados, pero dispuestos a denunciar. Mientras, las comunidades pobres pagan los platos rotos.