Vega, Patricia

La cantante del valet parking

A la salida de un frío oscuro estacionamiento subterráneo está una sonriente cobradora que, a cambio de recibir un boleto sellado, dice, Son solo dos pesitos, con esa voz que, nadie imaginaría, no canta mal las rancheras ni los boleros… A quien le inspire confianza, la mujer le suelta una confidencia: ¿Sabe qué? Yo canto. Y ya que estableció ese vínculo que surge de su simpatía, agrega: ¿No quiere comprar mi disco? Se lo dejo en cincuenta pesos.