Rivera Calderón, Fernando
Las caricaturas me hacen llorar
Antiguamente las caricaturas eran para hacer reír, para criticar con sentido del humor los defectos de algún personaje. A veces los aludidos se enojan, despotrican, pero saben que las caricaturas no matan. Por eso no deja de sorprender que por una caricatura se haya desatado lo que Huntington llamó hace algunos años, El choque de civilizaciones: Lo digo porque aquí en México tenemos un Presidente y un canciller de caricatura y no por eso la gente se anda matando… Bueno, sí se anda matando, pero por otras razones. Aquí nuestros musulmanes se llaman narcos y nos han resultado más fundamentalistas que el mismísimo Abascal. Ellos no necesitan caricaturas para detonar su ira, y si no me creen, pregúntenle a los colegas de El Mañana.