Zárate, Rodolfo

Aguas adictivas

Me voy dando cuenta de que el eslogan de la cinta es correcto, un viaje alucinante al fondo de la mente, ya que comienzo a percibir mis movimientos corporales internos con los oídos, desde el corazón hasta los intestinos se escuchan impúdicamente una vez que mis orejas se han sumergido en el agua. Y el mito de la película viene a desvanecerse.