Vega-Gil Rueda, Armando, 1955-

Cine vs. televisión

Cuando la caja imbécil apareció en los cincuenta, se auguraba la muerte de la cinematografía, pues para las masas era más cómodo quedarse en casa y gozar de entretenimiento, gratis, que ir a hacer colas a los cines. Las ganancias de los estudios cayeron y la comercialización de la tele demostró ser un negocio bestial con la rotación de anuncios y el patrocinio de series. Los estudios, para recuperar su audiencia, desarrollaron nuevas tecnologías, sonido estereofónico, formatos doble ancho y technicolor que dejaron a la tv en calidad de juguetito. Entonces la tele pasó del blanco y negro al color, y el cinito sobornó la censura y se puso más cachondo; la telera desarrolló telenovelas adictivas y el cinito se volvió más sangriento y morboso; la tv inventó dispositivos inalámbricos, el cine desarrolló el dolby; la tele, el HD y... Estos malditos pobres diablos obnubilan su conciencia para escamotear el arrepentimiento y levantan un cerco a la verdad: la ley se hizo para los vencedores.